Soy más que este cuerpo que perece día a día, más que este aspecto humano en el que me toco vivir y tratar de encajar.
No soy como luzco.
Soy otro.
Soy otro.
Muchas veces me pregunto ¿quien?
¿Quién es el hombre que me observa a través del espejo?
¿El es yo o yo soy él?
¿Quien es el original?
¿A quien le llorarán el día en que esta prisión llamada cuerpo se agusane?
Ana Cecilia, gracias por llegar y poner de cabeza mi mundo. Por darme luz, paz y amor. Por hacerme perder la noción del tiempo entre tus ojos y la cordura entre tus labios.

Eres más de lo podia esperar.