Hoy soy un pez,
un pejesapo abisal adherido a un costado de tu boca,
fusionando mis nervios con tus nervios,
mi piel con tu piel,
mi ser con tu ser.
un pedacito de carne colgando desprotegido,
estúpido,
innecesario;

tu cuerpo es todo el mundo que conozco,
es todo lo que necesito
e incompleto permaneceré
dependiendo de ti,
mudo
hasta el día de tu muerte.
Ana Cecilia, gracias por llegar y poner de cabeza mi mundo. Por darme luz, paz y amor. Por hacerme perder la noción del tiempo entre tus ojos y la cordura entre tus labios.

Eres más de lo podia esperar.